Un atleta profesional generalmente se enfoca en mantener una dieta equilibrada y nutritiva para optimizar su rendimiento y salud. Esto suele incluir:
- Carnes magras: como pollo, pavo y pescado, que son buenas fuentes de proteínas.
- Frutas y verduras: que proporcionan vitaminas, minerales y antioxidantes esenciales para la recuperación y el bienestar general.
- Grasas saludables: como las que se encuentran en aguacates, nueces y aceite de oliva, que son importantes para la salud cardiovascular y la energía.
- Carbohidratos complejos: como granos enteros (arroz integral, quinoa, avena), que son clave para suministrar energía durante entrenamientos y competencias.
Los atletas tienden a evitar la comida muy grasosa y no se enfocan en consumir grandes cantidades de pan o alimentos procesados. La inclusión o exclusión de carne dependerá de las preferencias dietéticas del individuo y de consideraciones éticas o de salud (por ejemplo, algunos atletas pueden seguir una dieta vegetariana o vegana).
En resumen, la opción más cercana a lo que un atleta comería sería "carnes, frutas, verduras", pero con el énfasis en elegir opciones magras y equilibradas.