El 4 de abril de 1968, el Dr. Martin Luther King, Jr., fue asesinado. El 5 de abril, Steven Armstrong fue el primer niño en llegar al aula de tercer grado de Jane Elliott en Riceville, Iowa. Inmediatamente preguntó por qué "ese Rey" (refiriéndose al Dr. Martin Luther King, Jr.) fue asesinado. Después de que llegó el resto de la clase, Elliott preguntó qué sabían sobre los negros. Luego les preguntó a los niños si les gustaría probar un ejercicio para sentir cómo sería ser tratado de la manera en que se trata a una persona de color en Estados Unidos. Jane Elliott decidió hacer el ejercicio basado en el color de los ojos en lugar del color de la piel para ver qué segregación sería como. Los niños estuvieron de acuerdo en probar el ejercicio. El 4 de abril de 1968, el Dr. Martin Luther King, Jr., fue asesinado. El 5 de abril, Steven Armstrong fue el primer niño en llegar al aula de tercer grado de Jane Elliott en Riceville, Iowa. Inmediatamente preguntó por qué "ese Rey" (refiriéndose al Dr. Martin Luther King, Jr.) fue asesinado. Después de que llegó el resto de la clase, Elliott preguntó qué sabían sobre los negros. Luego les preguntó a los niños si les gustaría probar un ejercicio para sentir cómo sería ser tratado de la manera en que se trata a una persona de color en Estados Unidos. Jane Elliott decidió hacer el ejercicio basado en el color de los ojos en lugar del color de la piel para ver qué segregación sería como. Los niños estuvieron de acuerdo en probar el ejercicio.

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Jane Elliott, una maestra y activista, llevó a cabo un ejercicio de sensibilización en su clase para ilustrar los efectos del racismo y la discriminación. El ejercicio que diseñó se centró en el color de los ojos y se realizó en dos grupos: los niños con ojos azules y los niños con ojos marrones. Durante el ejercicio, los niños con ojos azules eran tratados de manera favorable, disfrutando de privilegios como ser elogiados y recibir mejores recursos, mientras que los niños con ojos marrones eran discriminados, recibiendo críticas y limitaciones en sus actividades.

La experiencia tuvo un impacto profundo en los niños, quienes experimentaron de manera directa cómo es ser objeto de discriminación y prejuicio. A través de este ejercicio, no solo aprendieron sobre la injusticia que enfrentan las personas de color, sino que también reflexionaron sobre sus propias actitudes y creencias. Elliott continuó usando este ejercicio en años posteriores y se convirtió en una destacada defensora de la educación sobre la igualdad y los derechos civiles.

El ejercicio de Jane Elliott es un ejemplo poderoso de cómo la educación puede ser utilizada como una herramienta para generar conciencia y promover la empatía en torno a los temas de la raza y la discriminación.