Un "turista cortés" se caracteriza por varias cualidades que contribuyen a una experiencia agradable tanto para él como para las personas que lo rodean. Aquí hay dos aspectos importantes:
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Respeto por la cultura local: Un turista cortés se interesa por conocer y respetar las costumbres y tradiciones del lugar que está visitando. Esto incluye aprender algunas frases básicas en el idioma local, como "por favor" y "gracias", y seguir las normas sociales y culturales. Este respeto hacia la cultura ayuda a fomentar un ambiente positivo y cordial.
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Comportamiento educado: La amabilidad es clave. Un turista cortés siempre trata a los locales y otros turistas con respeto y consideración. Esto puede incluir ser paciente en situaciones concurridas, mostrar gratitud por los servicios recibidos y ser sensible a las diferencias culturales en el comportamiento y la comunicación.
Estas cualidades no solo mejoran la experiencia del turista, sino que también contribuyen a una mejor relación entre los visitantes y la comunidad local.