Hipótesis: Se plantea que a mayor tasa de mutación en una población de insectos, mayor será su capacidad para adaptarse a cambios en el entorno.
Justificación: Las mutaciones son la fuente principal de variabilidad genética, lo que permite a los insectos presentar diferentes características que pueden ser ventajosas en un entorno cambiante. Si la tasa de mutación es elevada, se generan más variaciones, lo que podría aumentar la probabilidad de que algunas de estas mutaciones confieran ventajas adaptativas. Esto, a su vez, podría facilitar la evolución y el ajuste de la población ante presiones ambientales, como cambios en la disponibilidad de alimentos, depredadores o condiciones climáticas. Sin embargo, es importante considerar que no todas las mutaciones son beneficiosas; algunas pueden ser neutrales o perjudiciales, por lo que la relación entre la tasa de mutación y la adaptación también dependerá de otros factores, como la selección natural.