Personalmente, tengo una opinión neutral sobre la familia real española. Reconozco que Juan Carlos I desempeñó un papel importante en la transición hacia la libertad en España, lo que le otorgó un respaldo popular significativo. Sin embargo, considero que la monarquía debe adaptarse a los tiempos actuales y encontrar su lugar en la era de Internet.
En mi opinión, la realeza es una institución que tiene sus raíces en el pasado y que ha perdido gran parte de su relevancia en la sociedad moderna. Aunque la familia real española ha intentado renovarse y adaptarse a los cambios, la pregunta persiste sobre cuál es su función y qué beneficios aporta al país en la actualidad.
Un ejemplo de esto es el hecho de que la mayoría de los países europeos han abandonado la monarquía o la han relegado a un papel más simbólico. En lugar de una institución hereditaria y una figura centralizada, muchos países han optado por sistemas más democráticos y políticos.
Además, la realeza conlleva un costo significativo para los contribuyentes, y en un momento en el que los gobiernos deben enfrentar desafíos económicos y sociales, es importante cuestionar si el mantenimiento de una monarquía es una prioridad para el país.
Por otro lado, es necesario reconocer que la familia real también tiene su base de admiradores y que puede desempeñar un papel diplomático y representativo. Sin embargo, creo que es fundamental debatir y reflexionar sobre si la realeza es una institución necesaria y relevante en la sociedad actual. Quizás es hora de explorar nuevas formas de representación y liderazgo en España.